La reciprocidad del amor,hasta construir la unidad, corazón de la espiritualidad de los Focolares, se revela como "paradigma de unidad","código" para transformar la sociedad, insertando la dimensión de la comunión y de la fraternidad, en el mundo de la economía y del trabajo, de la política, la justicia, la sanidad,
la cultura, las comunicaciones sociales, el arte.
Un aporte a la globalización de la fraternidad,de la solidaridad,
que hoy día se advierte tan urgentemente.

Semillas de renovación de los diversos ámbitos de la sociedad

Para contribuir a realizar el testamento de Jesús "que todos sean uno", es decir el proyecto de unidad de la familia humana, desde los años '50 se delinea el Movimiento Humanidad Nueva, que se convierte en la expresión de los Focolares en lo que se refiere a los problemas sociales: sus miembros representan las distintas categorías sociales y profesionales.

Este compromiso involucra también a otras ramificaciones: Familias Nuevas, Jóvenes por un mundo unido, Chicos por un mundo unido, religiosas y religiosos de diversos institutos, adherentes a los Focolares.

Las células de ambiente - La acción personal o colectiva de los miembros del Movimiento mueve sus pasos a partir del compromiso de revitalizar, en los más variados ambientes, el tejido social, suscitando, allí donde dos o tres viven el ideal de la unidad, células de ambiente, que basan su acción en el principio del amor recíproco. Afrontan los problemas para encontrar soluciones destinadas a mejorar las condiciones de los individuos y de la colectividad. Abren espacios de fraternidad, donde florece una nueva cultura, la cultura del dar, como antídoto a la cultura dominante del tener, superando fracturas, divisiones y conflictos, para tender juntos a la unidad.

Obras y acciones sociales y de solidaridad internacional - En los puntos más cruciales del mundo se multiplican obras sociales y de solidaridad internacional: de Irlanda del Norte a Yugoslavia, de África Central a Líbano, de las favelas de Brasil a los barrios de Filipinas. Con este espíritu, también las acciones sociales suscitan, con el pasar del tiempo, la reciprocidad, superando toda forma de asistencialismo pasivo, para valorar el aporte activo de cada uno para la promoción espiritual y social del individuo y de la comunidad.

Organizaciones no gubernamentales - El desarrollo de este compromiso social ha suscitado el nacimiento de dos ONG's:
New Humanity, que goza del estatus especial de consultor ante el ECOSOC  (Economic and Social Council) de la ONU: www.new-humanity.org; la AMU, Acción Mundo Unido, activa en el campo de la solidaridad internacional: www.azionemondounito.org

Ciudadelas - En los cinco continentes han nacido ciudadelas, bocetos de ciudades renovadas por la ley evangélica del amor recíproco.

Algunas etapas fundamentales del compromiso social

1944- El proyecto para la renovación de la sociedad - Bajo los bombardeos, en un refugio antiaéreo, Chiara y sus primeras compañeras, abriendo por casualidad el Evangelio en la página del Testamento de Jesús: "que todos sean uno", intuyen que nacería algo universal que llegaría hasta los confines del mundo y tendría un impacto a nivel social y cultural.
Es el redescubrimiento del Evangelio en la perspectiva de la unidad, que empuja a traducir en hechos concretos el amor al prójimo y en especial a los más pobres. Chiara y sus primeras compañeras toman las medidas de la ciudad, para identificar los barrios más pobres y visitarlos con el intento de llevar un poco de justicia social. Resolver el problema social de Trento era su aspiración cuando, a principios de los años '40, la devastación de los bombardeos provocaba ruinas, heridos, muertos, pobreza.

 
Un circuito vital: dar-recibir-dar - A la ayuda, en dinero y bienes de primera necesidad, se acompaña el esfuerzo de buscar trabajo a los desocupados, buscar alojamiento para quien lo ha perdido, hasta llegar a la comunión de bienes, que espontáneamente entra en acción entre las personas de la comunidad que se va formando. Se activa el circuito vital del "dar-recibir-dar": más dan víveres, vestidos, medicinas, más llegan, con insólita abundancia. Experimentan la verdad de esas palabras: "Den y se les dará: una medida apretada y rebosante". Desde un inicio nace la convicción de que en el Evangelio vivido se encierra el germen de la más potente revolución social.

  
1948 - El encuentro con Igino Giordani - El encuentro, en Montecitorio (Roma), en septiembre de 1948, de Chiara Lubich con Igino Giordani, padre de familia, diputado, escritor y periodista, de quien ahora está en curso la causa de beatificación, abre todavía más las puertas de la espiritualidad naciente a sus fuertes potencialidades sociales. El Movimiento expresaba la relación inseparable entre la personal búsqueda espiritual y el compartir con cada hombre la pasión por la transformación de la sociedad.

  
1956 - Los trágicos hechos de Hungría, y la represión con la sangre de los ideales de libertad de un pueblo, sacuden a Europa. Chiara Lubich advierte la urgencia de devolver a Dios a la sociedad, para que los hombres encuentren en Él la fuente de la libertad y de la fraternidad.
Lanza un llamado a través de las páginas de Città Nuova, la revista del Movimiento: "Serían necesarios auténticos discípulos de Jesús, no sólo en los conventos, sino también en el mundo. Discípulos que, voluntariamente, lo sigan. Un ejército de voluntarios, porque el amor es libre, capaces de edificar una sociedad nueva... que den testimonio de un solo nombre: Dios".  Es inmediata la respuesta: nacen así los "voluntarios" y las "voluntarias", personas de las más variadas categorías sociales y profesiones, quienes serán los principales animadores del Movimiento Humanidad Nueva.