Economía de Comunión


El proyecto
La Economía de Comunión (EdC) nace en 1991 después de una visita de Chiara Lubich a Brasil, como respuesta concreta al problema social y al desequilibrio económico de ese país, y del capitalismo en general.

La propuesta, dirigida en primera instancia a las empresas, fue poner en común las ganancias producidas y organizar la dinámica administrativa empresarial sobre la base de la comunión y de la fraternidad. Hoy cientos de empresas en todo el mundo se inspiran en la EdC.

Los polos industriales

Es típico de la Economía de Comunión dar vida a los así llamados "polos industriales", insertados en las ciudadelas de los Focolares. Los Polos surgidos en estos años (Brasil, Argentina, Italia), muestran una economía donde también la producción y el trabajo son expresiones auténticas de la ley evangélica del amor recíproco.

Objetivo

Todo el proyecto tiene como objetivo presentar un fragmento de humanidad "sin indigentes", activando la reciprocidad a distintos niveles: creando lugares de trabajo, difundiendo una "cultura del dar" y de la comunión, e interviniendo en las situaciones de emergencia con ayudas concretas.

La reflexión cultural

Desde un inicio la reflexión cultural -tesis de grado, artículos, monografías, congresos académicos- ha acompañado la experiencia concreta, y la dimensión vital ha inspirado los estudios, dando lugar a la reciprocidad entre la teoría y la praxis, lo que constituye uno de los aspectos más típicos de la EdC.

En Argentina: UNIDESA S.A.

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